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La vuelta al trabajo (O cómo convertirse definitivamente en una súper mami)

Desde que nació tu bebé y una vez pasado el estupor inicial, pasaste a desarrollar poderes especiales. Te descubriste capaz de intuir cuándo tu bebé tenía hambre o lloraba de agobio. Tú que antes dormías como un tronco toda la noche y podías despertarte con el telediario del mediodía, te incorporas ahora a medianoche con los ojos como platos por el sonido de un simple roce de sábanas o un suspiro proveniente de la cunita adosada. Por un lado, tus sentidos están híper afinados. Por otro, ¡no recuerdas haber dejado las llaves del coche en la nevera! ¡A veces no eres capaz de seguir una conversación!

Si hasta ahora tus capacidades de protección y de cuidado de tu pequeño/a te han sorprendido a ti misma, una vez termina la baja por maternidad entramos en una etapa completamente distinta. Llegarás a niveles de superpoderes a los que jamás pensaste que llegarías. Serás capaz de hacer todo lo que hacías hasta ahora (ocuparte de tu bebé con amor, mayor o menor grado de paciencia según las horas de sueño, y pasión), gestionar tu casa (las compras, los médicos, la comida, las reparaciones, la limpieza...) más ser una eficiente trabajadora. ¿Te imaginas? Pues podrás. 

Y para intentar ayudar en esta nueva metamorfosis, voy a darte unas pocas pautas para que tú también confíes en ti y en tu bebé, y sobrellevéis esta etapa que, como todas, requiere cierto tiempo de adaptación. 

Bueno, antes de pasar al lío, quiero dejar claro que creo que este sistema está tan mal hecho, tan mal pensado, que me parece mentira que todavía no se haya producido una revolución que dé un vuelco radical el asunto. Porque, ¿qué sentido tiene que una mamá tenga que dejar a su bebé de 6 meses (eso si tiene suerte y puede estar 6 meses de baja; muchas se incorporan todavía antes al trabajo) bajo los cuidados de otra persona o personas? ¿No sería normal que todas pudiéramos elegir? Elegir si nos quedamos en casa al cuidado de los pequeños o si trabajamos, se entiende. Porque es cierto, muchos trabajos son apasionantes y están magníficamente pagados, y muchas mamás están deseando volver a ellos, porque les llenan, les dan muchísima energía. Pero otras mamis, no. Y ésas deberían poder decidir que prefieren quedarse con sus pequeños, amamantarles directamente y criarles sin estrés, al cien por cien de su tiempo. El Estado se ahorraría muchísimo dinero en pagar parte de las guarderías. Mirad lo que propone, por ejemplo, Rosa Jové: "La conciliación de la vida laboral y familiar es una ley que tiene un nombre muy largo pero muy poco contenido. En los países escandinavos hay dos años de baja maternal. Aquí dicen que no hay dinero para eso y se ponen a constuir más guarderías. La guardería es un mal menor, atenta contra la salud de los niños, porque muchos se ponen enfermos y, si se quedaran en casa, eso no pasaría tanto. Pero, claro, muchas madres quieren ir a trabajar. ¿Cómo lo arreglamos? El otro día calculé cuánto cuesta una plaza de guardería por niño al mes. Hay que contar el personal, los materiales, la luz, la calefacción, etc., pero también el edificio. Cada plaza sale por una media de 2000 € al mes. Creo que el Estado debería darles alas madres un cheque de 1.500 € al mes por cada niño y que cada madre pudiera decidir si se lo gasta en la guardería, en una canguro, o si le compensa dejar el trabajo para cuidarla ella. Eso sí, todas las guarderías deberían tener una "tarifa plana" de 1500 €. Así se gastaría lo mismo que se está gastando ahora, pero las madres tendrían más opciones." Si queréis la entrevista completa, la tenéis aquí.

Enfin, como tampoco vamos a cambiar el mundo mañana, aquí van, ahora sí, unas pocas ideas:

- Tienes más de una opción para seguir amamantando una vez comiences a trabajar de nuevo, según tengas que desplazarte lejos o cerca de casa, si estás fuera muchas horas, tienes a algún familiar o alguien de confianza que se ocupe de tu pequeño/a o le has de llevar a la guardería. En la web de Alba Lactancia Materna hay una entrada especialmente dedicada a este tema, que no puedes dejar de leer. Probablemente halles en ella respuesta a todas tus cuestiones prácticas. Es ésta

- No te agobies. Claro, dirás, eso es más fácil escribirlo que hacerlo. Cierto. Pero piensa cuántas mamis han logrado adaptarse antes que tú. ¡Por qué ibas a ser tú una excepción! Tu bebé estará bien en tu ausencia. Te echará de menos, como le echarás de menos tú a él, pero estará bien atendido (tú ya te habrás ocupado de eso), comerá (aunque no descartes que tu bebé sea de los que prefieren esperar a que llegues a casa para recuperar el tiempo perdido pasando al pecho las horas que esté despierto a partir del momento que llegues a casa), le cogerán en bracitos cuando lo necesite, y si tiene sueño, aunque le cueste, descansará. En definitiva, estará bien.

- Si tus circunstancias y tu empresa te lo permiten, no dudes en ampliar tu baja con una excedencia. No es lo mismo dejar a un bebé de siete meses, que ya se sienta y puede comer sólidos, que a uno de cuatro meses, que solo se alimenta de tu leche. 

- Si te flaquea la motivación para continuar con la lactancia materna y se te hace cuesta arriba la idea de tener que llevarte el sacaleches, la neverita y los recipientes al trabajo, recuerda que tu leche sigue siendo el mejor y más natural alimento que le puedas dar. Sus beneficios se extienden hasta la edad adulta. Los bebés alimentados con leche materna padecen menos enfermedades infecciosas y crónicas y dar el pecho también beneficia la salud de la madre. Si necesitas más información al respecto, en la web de la OMS encontrarás toda la que necesites. 

- Afortunadamente, parece que las leyes se están adaptando a las necesidades de las madres lactantes. Y es que como nos explica Ana, una de las mamás de nuestro grupo, el Tribunal Europeo ha adoptado una sentencia que protege a las trabajadoras que estén dando el pecho, de la misma forma que lo hace con las embarazadas. Tenéis toda la información aquí. Os dejo a continuación un breve resumen que ella ha redactado (¡gracias!) para facilitarnos la comprensión del texto legal:

¡Por fin!

En una sentencia reciente, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha confirmado que las madres en período de lactancia tienen derecho a la misma protección que las embarazadas, y que cualquier trato menos favorable a una trabajadora debido a su condición de mujer en período de lactancia constituye una discriminación directa por razón de sexo.

Tres hurras por el Tribunal pero… ¿qué significa en la práctica?

En la práctica esta sentencia puede ayudarnos a muchas a mantener la lactancia una vez nos reincorporemos al trabajo tras la baja de maternidad. Especialmente a aquéllas de vosotras que tengáis un trabajo nocturno o por turnos, que muchas veces implica estar muchas horas separadas de vuestros bebés, o bien las que trabajéis en un horario poco estable que hace igualmente difícil mantener una rutina de lactancia.

En España, la Ley 31/1995 de prevención de riesgos laborales incluye la protección de la trabajadora y del recién nacido en las situaciones de riesgo que se producen durante la lactancia natural, cuando las condiciones de un puesto de trabajo pueden tener repercusiones negativas en la salud de la trabajadora o del menor. En concreto el artículo 26 de esta ley obliga a los empleadores a llevar a cabo una evaluación de los riesgos que un puesto de trabajo (o las condiciones en que se presta) pueden conllevar para las trabajadoras.

Esta evaluación tiene como objetivo determinar la existencia de cualquier riesgo para la seguridad y la salud así como cualquier repercusión sobre el embarazo o la lactancia.

En caso de que efectivamente exista una posible repercusión sobre el embarazo o la lactancia, la ley obliga a los empleadores a adoptar las medidas necesarias para evitar la exposición a dicho riesgo, a través de una adaptación de las condiciones o del tiempo de trabajo de la trabajadora afectada. De hecho, la ley se refiere incluso a modificar o evitar el trabajo nocturno o el trabajo a turnos.

Si ello no fuera posible el empleador debería asignar temporalmente un nuevo puesto de trabajo o incluso suspender temporalmente el contrato (en cuyo caso la trabajadora tendría derecho a una prestación de la seguridad social equivalente a la de incapacidad temporal).

¿Qué pasa si mi empleador no lleva a cabo esta evaluación o bien no estoy de acuerdo con el resultado?

La ley es muy clara al respecto: el empleador está obligado a tomar en consideración la situación de las trabajadoras durante el periodo de lactancia y los riesgos que el puesto de trabajo pueda acarrear para el buen mantenimiento de la lactancia. De lo contrario, y de acuerdo con la sentencia del Tribunal Europeo, el empleador estaría discriminando por razón de sexo: no se puede tratar del mismo modo a una trabajadora en período de lactancia que a cualquier otro trabajador, ya que su situación específica requiere imperativamente un trato especial por parte del empresario.

Si el empleador no cumple con lo anterior, o bien (imaginemos) concluye que no existe riesgo alguno de repercusión para la lactancia, y no estamos de acuerdo con el resultado existe la posibilidad de interponer una denuncia ante el Juzgado de lo Social que corresponda según la localidad. Llegados a ese punto (¡ojalá no sea necesario!) el Tribunal Europeo también nos ha allanado el camino al declarar que será el empleador quien deberá demostrar que no ha existido discriminación

Así pues…

 

El Tribunal nos ha facilitado (un poquito) las condiciones para conseguir mantener la lactancia una vez nos tengamos reincorporar al trabajo tras la baja de maternidad mientras dure la lactancia (o como máximo hasta que el bebe tenga 9 meses, que es lo que la ley considera "lactancia natural" –aún queda mucho por recorrer-). Con esta sentencia en la mano las trabajadoras tenemos derecho a que se tome en consideración nuestra condición de madres lactantes a la hora de "diseñar" nuestras condiciones de reincorporación al trabajo. 

- Por último, recuerda que cuentas con el apoyo de tus asesoras de lactancia y del grupo de WhatsApp que tenemos a tu entera disposición para resolver cualquier duda o superar cualquier pasaje de ansiedad o dificultad concreta. Estamos aquí para eso, así que no dudes en acudir a nosotras. Y también tienes a todas las mamis del grupo de apoyo de tu lado, animándote. ¡Algunas de ellas ya han pasado por ello y pueden servirte de inspiración! 

Una última nota: Todo mi amor y admiración para todas aquéllas que habéis pasado algunos días durante o después de estas fiestas en algún hospital, acompañando a vuestros peques enfermitos. ¡Sois unas campeonas!

Texto revisado y ampliado el 20.10.2017

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Comentarios: 1
  • #1

    Javi (jueves, 21 enero 2016 23:57)

    Pues sí, eso pienso yo..

    Gran post!, felicidades por tu blog! :)